sábado, 23 de abril de 2011

Toma todo el vino que quieras sin emborracharte

Parece que ahora será posible tomarse unas cuantas botellas de vino y, al otro día, despertarse sin dolor de cabeza. Es que, luego de la cerveza y la sidra, el vino sin alcohol está pisando cada vez más fuerte en el mercado mundial.

Aunque su elaboración lleva años realizándose en Alemania, Francia o Estados Unidos, recién en los últimos tiempos las ventas de vino desalcoholizado han crecido.

Existen distintos procesos de reducción del alcohol, que va desde su desaparición hasta graduaciones cercanas al 9%: evaporación parcial al vacío, técnicas de membranas, destilación o la ultrafiltración en frío (una de las que menos afectan a los aromas y propiedades del vino).
Este procedimiento se basa en el fenómeno denominado “ósmosis inversa”, mediante el cual se separa, sin calentamientos ni evaporaciones, el alcohol en la cantidad deseada.

En todos los casos, el vino resultante conserva, o recupera, parte de sus atributos aromáticos, aunque con la natural pérdida de intensidad sensorial, estructura y permanencia en boca. Lo que resulta bastante lógico, ya que el alcohol es un componente esencial del vino.

La cata evidencia que aún queda camino por recorrer, particularmente en los vinos tintos. El sabor resulta, en términos generales, más ligero. Pero si se desea, o necesita, beber sin los riesgos de consumir alcohol, ésta puede ser una posibilidad a tener en cuenta… aunque, claro, no es para nada barata.

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