Con goles de Pedro, Lionel Messi y David Villa, los catalanes obtuvieron su cuarta copa ante un Wembley repleto. Wayne Rooney había marcado el empate parcial. El argentino fue la gran figura de la cancha y a sus 23 años ganó su 17º título. El equipo de Guardiola confirmó que quienes lo señalan como el mejor equipo de la historia no exageran.
El Barcelona volvió a tocar el cielo en Wembley, donde ofreció un verdadero concierto de buen fútbol para conquistar su cuarta Liga de Campeones, la tercera desde 2006, en un encuentro que sirvió para encumbrar aún más a Leo Messi.
Londres 1992, París 2006, Roma 2009, Londres 2011. La cuarta Copa de Europa llega en el mismo escenario que la primera. De eso no hace tanto, sólo diecinueve años, en ese tiempo el Barça ha conquistado un póquer de títulos mayores y se convirtió en la referencia del fútbol continental.
El partido fue el resumen de la determinación del fútbol del Barça. Iluminados por la clarividencia de Leo Messi, que parece un jugador de otro planeta, la calidad de su pareja de creadores (Xavi-Iniesta) y la definición de la pareja Villa-Pedro, que marcaron un gol cada uno, la victoria de los de Pep Guardiola fue incontestable.
A los 26 minutos del primer tiempo, llegó el primer gol de la final. Una gran jugada colectiva del Barcelona y un pase magistral de Xavi para Pedro que no falló ante el veterano Edwin Van der Sar.
Parecía que los españoles se llevaban por delante a los ingleses y el segundo gol era cuestión de minutos. Pero los azulgranas cometieron un error en un lateral y se complicaron la vida. Giggs, en posición dudosa, asistió a Rooney, quien en una posición inmejorable marcó el empate a los 33.
El Barça se tomó el empate como un accidente y se reencontró con su fútbol, sin una duda. Messi, siempre presente en la creación del equipo, tuvo el 2-1 en una jugada en la que superó a Carrick, combinó con Villa, pero no pudo empujar el balón a la red a un metro de la meta del United. Fue la última ocasión de una intensa primera mitad.
El éxito de los azulgranas pasaba por la velocidad de ejecución de su fútbol, pero sobre todo por la capacidad para desbordar del extraterrestre Messi.
Con determinación, el Barcelona salió en la segunda mitad a resolver el partido. Las dudas fueron todas para el United, que se vio incapaz de frenar la avalancha que se le vino encima.
Y el partido duró lo que le pareció a Messi. El argentino, en el minuto 54, recogió un balón cerca del área, la defensa del United pensó en un pase, pero 'La Pulga' sorprendió a todos, también a Van der Sar, y marcó el 2-1. Ese fue el principio de la exhibición azulgrana, el final del United. Jugó el Barça como quiso, Messi se erigió en el maestro de ceremonias.
El Barça se tomó el empate como un accidente y se reencontró con su fútbol, sin una duda. Messi, siempre presente en la creación del equipo, tuvo el 2-1 en una jugada en la que superó a Carrick, combinó con Villa, pero no pudo empujar el balón a la red a un metro de la meta del United. Fue la última ocasión de una intensa primera mitad.
El éxito de los azulgranas pasaba por la velocidad de ejecución de su fútbol, pero sobre todo por la capacidad para desbordar del extraterrestre Messi.
Con determinación, el Barcelona salió en la segunda mitad a resolver el partido. Las dudas fueron todas para el United, que se vio incapaz de frenar la avalancha que se le vino encima.
Y el partido duró lo que le pareció a Messi. El argentino, en el minuto 54, recogió un balón cerca del área, la defensa del United pensó en un pase, pero 'La Pulga' sorprendió a todos, también a Van der Sar, y marcó el 2-1. Ese fue el principio de la exhibición azulgrana, el final del United. Jugó el Barça como quiso, Messi se erigió en el maestro de ceremonias.
Messi tuvo el tercero dos veces, Xavi e Iniesta estuvieron cerca, hasta que llegó lo inevitable. Una acción del argentino y un magistral remate de David Villa, el jugador que estaba peleado con el gol y que sentenció el partido en el minuto 69.
Los últimos 21 minutos fueron un quiero y no puedo del United. Sin tanta voracidad, el Barça pareció contenerse, el equipo inglés se lanzó hacia adelante, pero sin determinación.
Estalló la grada oeste de Wembley por la victoria. El Barcelona ya esta al mismo nivel que míticos equipos europeos. Con cuatro títulos, tiene los mismos que Bayern de Munich y Ajax de Amsterdam, pero los azulgranas no parecen tener suficiente.
Los últimos 21 minutos fueron un quiero y no puedo del United. Sin tanta voracidad, el Barça pareció contenerse, el equipo inglés se lanzó hacia adelante, pero sin determinación.
Estalló la grada oeste de Wembley por la victoria. El Barcelona ya esta al mismo nivel que míticos equipos europeos. Con cuatro títulos, tiene los mismos que Bayern de Munich y Ajax de Amsterdam, pero los azulgranas no parecen tener suficiente.
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